miércoles, 13 de julio de 2016

Como funciona una transmisión automatica

La pieza fundamental de ingeniería que permite funcionar a una transmisión automática se llama un convertidor de torque. Esta pieza de equipo reemplaza el embrague, que se utiliza en vehículos de transmisión manual.

Convertidor de torque

Un convertidor de torque aprovecha la potencia suministrada por el motor del coche. Está relacionada con el motor por el eje de transmisión. Sin embargo, este eje no está directamente conectado al motor. En su lugar, se utiliza el acoplamiento hidráulico para transferir la potencia del motor a la transmisión.


Dentro de un convertidor de torque hay un impulsor, una turbina y una rueda de guía. El líquido de transmisión rodea estas piezas.
La turbina y el rotor se asientan dentro de una carcasa de metal. Ambos tienen hojas que son capturadas por movimiento del líquido de transmisión. Esto las lleva a girar sin estar directamente relacionadas. Cuando una parte empieza a girar, esto hace que la otra parte también gire.

Juegos de engranajes planetarios

El eje de transmisión está ligado a un conjunto de engranajes, llamado juego de engranajes planetario. Esto normalmente incluye varias partes separadas. El engranaje en el centro se llama el engranaje de sol. Otros engranajes, llamados planetarios giran en torno a este central. Estos engranajes externos difieren en tamaño, creando relaciones únicas de engranajes. Estas son las combinaciones de engranajes utilizadas cuando el vehículo se desplaza.

Cuando la transmisión está en punto muerto, sólo funciona el eje central. Los engranajes no están vinculados.

Cuando la transmisión se desplaza en el primero, el primer engranaje planetario comienza a moverse. A medida que el vehículo comienza a moverse, la transmisión pasa al segundo. Cuantas mayores relaciones de transmisión se utilizan, más rápido viaja el coche.

Sensores y desplazamientos

En una transmisión automática, los sensores deciden cuándo un cambio de marcha tiene lugar. Esta decisión suele estar vinculada a las revoluciones por minuto del vehículo, o RPM. A medida que aumentan las RPM, la transmisión se desplaza.

El mismo cambio se puede realizar mecánica o electrónicamente. En los diseños mecánicos, un anillo de metal aprieta a engranajes acoplados. A medida que este se afloja, el engranaje se libera. Los modelos más nuevos utilizan servos controlados electrónicamente para engranajes acoplados.

La transmisión se conecta a los ejes. Este es el eje que acciona las ruedas físicamente, convirtiendo la rotación de la transmisión en potencia hacia delante y en la conducción del vehículo hacia adelante.

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